
Sufrir cualquier tipo de accidente con secuelas en el cuerpo o enfermedad congénita que conlleve un deterioro de alguna función orgánica, puede literalmente cambiar la vida de una persona para siempre. Este es el caso de la ceguera, que quienes la padecen, se encuentran en un mundo que desde lo social hasta lo arquitectónico no se encuentra preparada íntegramente para atender las necesidades de los disminuidos visuales.
Pero hay promesas de cambio en el horizonte. La empresa Second Sight ha desarrollado una réplica biotecnológica de un ojo humano, que en caso de funcionar adecuadamente y aprobarse su utilización, podría devolver el sentido de la visión a las personas que quedaron ciegas debido a una predisposición hereditaria.
El dispositivo lleva el nombre de Argus II y es nada más y nada menos que un ojo robóticoque se implanta al paciente y que funciona mediante una cámara conectada a las gafas. La investigación se encuentra en sus etapas preliminares y aunque ya se han realizado experiencias en humanos, los resultados aún no son contundentes. Sin embargo los médicos no pierden las esperanzas.
Básicamente el Argus II ha sido pensado para tratar a pacientes que padecen retinitis pigmentosa, una enfermedad ocular hereditaria cuyo diagnóstico puede realizarse a muy temprana edad, pero que evolucionará de todas maneras hasta la inevitable ceguera.
El equipo médico del Moorfields Eye Hospital de Londres es bastante optimista sobre los resultados que se obtendrán con estos transplantes una vez se hayan completado algunos protocolos de investigación que aún están en estudio. Para quienes padecen retinitis pigmentosa, las esperanzas no son muchas, pues no existe un tratamiento eficiente para tratar la ceguera. De este modo, el Argus II llega de la mano de la biotecnología para buscar ofrecer a los no videntes una mejor calidad de vida
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